• Un tren
    una historia
    muchas personas

En el corazón de las cumbres de Ossau, se origina el viaje de descubrimiento de un sitio lleno de Historia. Observa la montaña con una nueva mirada gracias a la diversidad de sus patrimonios: inmaterial, natural e industrial. Te damos las claves para entender el paisaje que te rodea.

El tren de Artouste, con 90 años de Historia :

Descubierto al final del siglo XIX, por el pirinista, el abad Ludovic Gaurier, en seguida el lago de Artouste interesó a la Compagnie des Chemins de Fer du Midi (Compañía de Ferrocarriles del Midi). En 1920, la compañía decide empezar un proyecto de electrificación de sus vías. Empieza entonces la construcción de la red de las centrales hidroeléctricas del Valle de Ossau. La presa del lago de Artouste es la primera que se construye, y la más grande de los Pirineos. Las obras duraron 7 años y la presa fue encargada en 1929.

2000 obreros, la mayoría extranjeros, participaron en esta enorme construcción. Como el lago es difícil de acceso, la compañía decidió construir una línea de tren de 10 km a lo largo del Valle de Soussouéou. Ese tren de servicio sirve como medio de transporte para los obreros y para llevar las herramientas a la zona de obra.

En 1932, la prefectura pidió a la Compagnie du Midi abrir el sitio al público. Construyeron entonces un teleférico entre la fábrica de Artouste y la estación de la Sagette. Más tarde, la Société Hydro Électrique du Midi (SHEM) adquirió una decena de locomotoras rojas y amarillas y vagones de 72 sitios. Al principio todo fue gestionado por ferroviarios jubilados de la SNCF (Sociedad de ferrocarriles francés), pero la actividad se desarrolló cada vez más. Su administración se encomendó al consejo municipal de Laruns, pero los trenes todavía son propiedad de la SHEM. Hoy el sitio está gestionado por la Régie de Artouste y acoge cada año a miles de turistas.

Les dates clés

  • 1920

    Inicio de la obra de la
    represa del lago de Artouste

    Construcción de la línea de
    ferrocarril “Sagette-Artouste”

  • 1929

    Fin de la obra de la represa

  • 1932

    El tren de Artouste abre
    a los turistas

  • 1969

    Creación de la estación
    de esquí

  • 1984

    Construcción del pueblo
    de Fabrèges

  • 2016

    Reforma de la telecabina

El agua, una riqueza preciosa :

Vital y precioso, aún más en nuestros días, el Valle de Ossau tiene una gran red hidráulica. Con sus numerosos lagos y ríos, el agua es un recurso muy importante para la vida local. Es el decoro de muchas historias y leyendas de Ossau. Es indispensable para la supervivencia de la fauna y de la flora, sirve para el mantenimiento de los paisajes y para evitar la sequía de los suelos. Contribuye también a la alimentación de los rebaños durante la veranada y es necesario para la fabricación del queso.

Además de su importancia para el ecosistema, es de gran relevancia económica. De hecho, el desarrollo de la hidroelectricidad, con la construcción de tres grandes presas, en Artouste, en Fabrèges y en Miégebat, hace del agua un elemento esencial para los habitantes del valle. Sin agua, no hay electricidad en los hogares. Su explotación beneficia también a los turistas porque se pueden hacer varias actividades acuáticas, como, por ejemplo, en la base náutica en el lago de Fabrèges.

Los episodios de olas de calor son cada vez más importantes, entonces los recursos en agua se van agotando poco a poco. Ahorrar agua y adoptar buenas costumbres es primordial para preservar la biodiversidad y conservar la belleza de los paisajes.

El pastoreo al servicio de la montaña :

El pastoreo en el valle de Ossau empezó durante el Neolítico. Su importancia es considerable. Con miles de hectáreas de prado, las montañas del valle acogen cada verano, ovejas, vacas, caballos y cabras. Los pastores suben en los agostaderos al final de junio y bajan a principios de septiembre. A esto se le llama la trashumancia. Cada año, es un evento importante en el valle, una fiesta está organizada en Laruns a principios de julio para la salida de la trashumancia.

Durante el año los criadores viven en los pueblos del valle y trabajan en su explotación. Cuidan de los animales, hacen el ordeño y fabrican el queso que venden en el mercado. Durante la veranada, los pastores viven en una cabaña moderna que puede acoger a su familia. Ahora, muchas mujeres pastores se instalan solas. Se puede observar esta actividad en el valle del Soussouéou durante el viaje en tren.

El pastoreo es una tradición fundamental para el mantenimiento de los paisajes de las montañas. En la mayoría parte del tiempo los rebaños están acompañados de perros. Los Border Collies guían el rebaño y los Patous des Pyrénées lo protege y lo defiende de los ataques de los depredadores, como el oso o el lobo. Entonces, es importante quedarse lejos de los rebaños para evitar problemas y para que los trabajadores y el resto de la población puedan convivir.

Un territorio orgulloso de su cultura y sus tradiciones : 

En el valle de Ossau, las tradiciones son muy importantes para la población. Cantos, bailes, cuentos y trajes, la cultura de Ossau es viva y refleja una identidad muy fuerte. Los habitantes están muy unidos a las tradiciones y están muy orgullosos de su Historia. Podemos ser testigos de ello durante las fiestas patronales de cada pueblo durante las cuales las personas visten el traje tradicional. Las mujeres llevan puesto una capucha roja, un mantón bordado, que pertenecía a las generaciones anteriores, así como una falda larga, roja o negra dependiendo de su rol en la familia. Los hombres llevan una boina, una chaqueta roja y calzados blancos tejidos con leña.

La gente se encuentra alrededor del taulet, una pequeña escena donde se ponen los músicos, para bailar el branle y los saltos bearneses. Los instrumentos que se tocan son la pandereta de cuerda con la flauta de tres huecos y acompañados de un acordeón diatónico. Antes, sólo eran los hombres quienes bailaban, y transmitían los bailes a los niños. Hoy en día, las mujeres también bailan.

Los cantos también forman parte de la vida cotidiana, podemos oírlos durante muchas ocasiones: en las bodas, en las fiestas o durante las cenas con la familia y los amigos. Es suficiente con que un grupo de personas empiece a cantar para que se dé un concierto polifónico improvisado.